El bosque, las aves, las flores y el aire cordillerano resultan la mejor compañía para escapar por unos días de la contaminación, los ruidos y el ritmo vertiginoso de las grandes ciudades.
Trekking a la cascada Chachín
En plena selva valdiviana, muy cerca de la frontera con Chile, uno de los mayores saltos de agua de la región. El sendero es dificultad baja y puede ser recorrido durante todo el año.
El viaje de comienza por el asfalto de la RN 234 hasta el empalme con la RP 48. De ahí en más todo es ripio sinuoso, salvo un sector central que describe una recta prolongada. Hacia la hacia la izquierda se verá la famosa piedra del Trompul, imponente formación solitaria que según dicen anuncia el mal tiempo con su rugido. También quedarán atrás las señales de desvío hacia los balnearios de Yuco y Nonthue.
Hua Hum es los puntos con mayor promedio de lluvias del país: 3.500 milímetros anuales, dato que explica la vegetación más verde y tupida, característica del lugar. Al llegar se divisan la hostería y el muelle; hay que seguir por el camino que conduce a Chile y pasar de largo el museo Van Dorsen. El camino se bifurca hacia la izquierda, atraviesa el puente que cruza las aguas encajonadas del río Hua Hum y sigue, nuevamente hacia la izquierda, en un ascenso de 600 metros hasta llegar al claro donde los autos estacionan. El resto del recorrido se hace a pie y dura cerca de media hora.
La subida es constante, por momentos escarpada, y atraviesa un sendero con ejemplares notables del bosque nativo. En especial llama la atención la presencia del manui, una de las tres coníferas nativas del Parque Nacional Lanín, notable por su corteza dispuesta en placas. El sonido de la cascada acompaña el camino. De golpe, cuando se alcanza el mirador natural, aparece la visión majestuosa de las aguas estrellándose contra las piedras, tras una caída de veinte metros. La cascada se alimenta del deshielo que llega desde las altas cumbres y también de las aguas que aporta el lago Queñi, a 800 metros sobre el nivel del mar. Hay bancos para sentarse a disfrutar del buen momento y barandas que brindan protección a los visitantes.
Trekking a la población Aila (lago Paimún)
Bello sendero que cruza un sector del típico paisaje rural mapuche y conduce a un paraje solitario ubicado en la costa sur del lago Paimún. Excelentes vistas del volcán Lanín.
Para acceder a este sendero hay que cruzar la angostura de los lagos Huechulafquen y Paimún. El sitio se conoce como La Unión. Hay allí una balsa que es propiedad de la comunidad mapuche. Un balsero se encarga de cruzar a los visitantes. El precio del cruce varía si se cruza con o sin mochila.
La población mapuche se encuentra al otro lado de la angostura. Es bastante frecuentada por turistas en verano. Hay un camping agreste. Algunos pobladores ofrecen productos caseros (pan, queso). El cartel de inicio de la senda está antes de una tranquera a la que se llega bordeando unos corrales. A partir de ese punto la senda es evidente y no falta señalización.
La siguiente etapa empieza con una larga trepada que se suaviza gracias al amplio caracol que describe la senda. Desde arriba se tiene una buena vista del lago Paimún, que pronto quedará oculto por el cerro Huemules.
El bosque es fresco y se compone de coihues, cipreses y algunos pehuenes solitarios. La presencia de pehuenes a lo largo de esta y otras senda de la región refiere la antigüedad de estos caminos, ya que el área de distribución natural del pehuén se encuentra algo más al norte. Que haya pehuenes en proximidad de senderos se debe al paso de antiguos pobladores que transportaban piñones, semilla de ese árbol y alimento muy presente en la dieta del pueblo mapuche.
Luego de varios tramos en ascenso se arriba a una pequeña pampa de altura, paso natural entre los cerros Huemules y Huecuifa, cuya cumbre (ubicada más al sur) no se ve desde este sitio. El descenso hacia la población Aila no presenta dificultades y se realiza en menos tiempo (es todo terreno en bajada).
AILA: La población se encuentra en un paisaje abierto que consiste en varias lomas verdes que terminan en el lago Paimún. El lugar estuvo en otro tiempo más poblado. Quedan, de ese entonces, altas alamedas y varios árboles frutales. Se permite acampar, pero hay que registrarse en casa del poblador Aila (se cobra una suma módica, ya que aún no está organizado el camping agreste).
La vista que se tiene del volcán Lanín desde las costas del lago es inmejorable.
Trekking a lagunas Las Corinas
Sendero de corta duración que parte desde Yuco y sube a tres lagunas escondidas en un bosque denso de raulíes y coihues. Todas son muy indicadas para realizar avistaje de aves.
Yuco es un hermoso balneario, apto para pasar el día, ubicado en la margen norte del lago Lácar, muy frecuentado en el verano. Tiene un par de pequeñas bahías de poca profundidad, donde las piedras blancas del fondo reflejan los rayos solares y entibian el agua. Hay un guardaparque en el lugar. Para realizar el trekking es necesario solicitar su permiso. Completado este trámite se regresa a la ruta 48 para cruzarla. Hay un cartel de inicio. La huella es al principio ancha, fácilmente identificable. Comienza con una subida bastante larga y se interna en u bosque húmedo, silencioso, típico de las laderas de exposición sur, donde el calor nunca es agobiante y se pueden ver hongos, musgos y helechos durante casi todo el año.
Vale la pena mencionar el árbol que señala el tocón número dos. Este árbol posee una curiosa deformación causada por hongos del tipo llao llao.
En 45 minutos se llega a una ladera más seca donde se forma un balcón natural que permite ver todo el paisaje. Sobre la costa del lago puede verse la estancia Quechiquina, creada antes que el Parque Nacional.
En 30 minutos más, escondida entre los árboles y la caña, encontramos la laguna Corina Grande. Sus costas están cubiertas de juncos y algas. Es una laguna misteriosa. La senda la bordea y continúa, poco marcada, hacia el paraje Quilanlahue.
Para ir a la siguiente laguna se toma una senda al principio un poco desdibujada, que se aparta en el punto señalado con el tocón que lleva el número seis. Cerca hay un manzano. Se cruza una loma y enseguida comienza el descenso hasta la laguna Corina Chica. Más pequeña que la anterior, sus aguas reflejan el verde intenso del bosque. Hay un cartel que indica el final del sendero.
Al regresar, se puede hacer un desvío de 20 minutos que lleva hasta a la tercera laguna, que en verano puede estar convertida en mallín y pasar desapercibida. El desvío está indicado con el tocón número tres.
La duración total del trekking es de cuatro horas, ida y vuelta.
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