El agua siempre es protagonista en Bariloche. Las salidas lacustres son ya un clásico, y entre ellas la visita a la isla Victoria y el bosque de los arrayanes, una de las destacadas. Una íntima relación con el paisaje comienza en puerto Pañuelo, donde una de las firmas ofrece la salida en el Cau-Cau, un catamarán de dos cubiertas y 278 plazas, que lleva a los pasajeros hasta la isla Victoria.
Frondosos senderos de abedules, abetos, aromos, pinos y sequoias, dan la bienvenida y cuentan también su historia: estas especies exóticas fueron traídas de Europa y Estados Unidos por los antiguos dueños del lugar, con la intención de crear un gran vivero de plantines que abasteciese toda la Patagonia.